El técnico de nuestra selección de fútbol, Diego Armando Maradona, es muchas veces criticado por su forma de expresarse, por opinar de temas que escapan a su conocimiento y sobre todas las cosas por su forma de dirigir al equipo nacional. Yo quiero tomarme un minuto para tratar de entender que hechos llevaron a que Diego sea como es hoy, y haga algunas de las cosas que hace.
Nació aquel 30 de octubre de 1960, en Villa Fiorito, Lanús.
Año 0 para la Iglesia Maradoniana fundada en 1998, adorando y alabando al diez por sobre todas las cosas.
A los 9 comenzó a jugar al fútbol para la Asociación Atlética Argentinos Juniors, club cuyo estadio lleva el nombre del entrenador de la selección, aunque éste todavía esté vivo. En 1970 tuvo su primera aparición televisiva, una entrevista que todavía circula en la que comenta su sueño de jugar un mundial y luego se lo muestra haciendo "jueguito" con una pelota de fútbol.
Repasar su carrera como jugador profesional no es importante para este análisis, pero vale la mención de que pasó por Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Nápoli, Sevilla y Newell's Old Boys. Es en Italia y en Argentina donde se le tiene más afecto y se lo idolotra a gran escala. Se lo ve como un luchador de las clases oprimidas contra los sectores poderosos, se lo admira por los logros deportivos en las selecciones nacionales y en el club del sur de Italia, que por primera consiguió ganar una liga en su país y un título internacional. Con la selección consiguió el Mundial de México en 1986, el subcampeonato en el Mundial de Italia en 1990 y el Mundial Juvenil de Japón 1979.
Yo creo que con estos pocos datos alcanza para darse cuenta que la vida de Diegote no es normal, y más aún teniendo en cuenta su ferviente relación con las drogas por más de 20 años.
Pero a lo que voy es que el tipo tiene una iglesia que lleva su nombre, o sea, una iglesia, hay gente que le dice DIOS. La cancha donde soñaba jugar, lleva su nombre, y no pudieron esperar a que el tipo se muera para ponerle su nombre. Vaya por donde vaya, lo paran para saludarlo, para sacarse fotos con el, para adorarlo. Su cara y su cuerpo están tatuadas en la piel de miles de personas. Decenas de músicos escribieron canciones en su honor. Y la lista es larga.
¿Vos te imaginás que te digan Dios?¿Te imaginás ir a un lugar que lleve tu nombre?¿Te imaginás ir caminando por la calle y ver tu cara tatuada en el brazo de un pibe?
Que se yo, no parece algo que sea fácil de manejar, y más teniendo el mate aturdido por la merca que tomaste durante 20 años. Por eso, yo trato de no ser tan crítico con Maradona, porque creo que no debe ser para nada fácil mantener los pies sobre la tierra cuando el resto del mundo te eleva por encima del resto. Porque no debe ser fácil quedarse callado cuando te ponen un micrófono en la boca cada 5 minutos. Porque nosotros le dijimos que era Dios y ahora lo criticamos por creerselo.
Diego nuestro que estás en las canchas.
Santificada sea a tu zurda,
venga a nosotros tu magia.
Hágasense tus goles recordar en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy la magia de cada día,
perdona a los ingleses,
como nosotros perdonamos la mafia napolitana,
no nos dejes caer en off-side y
líbranos de Havellange. Diego.